Director: Carlos Enrique Taboada
Guión: Carlos Enrique Taboada
El libro de piedra es una película mexicana de terror muy buena, del tipo de apariciones y cosas de brujería. Para su tiempo, aún me inquieta la trama de la historia y su ambientación. Deja una sensación de miedo a los lugares centrados en zonas boscosas o cerros, y más a la idea de salir aunque sea para hacer pis.
Recuerdo que me daba tanto miedo de niño que me salía a la calle (en los tiempos en que podía un infante salir con toda confianza). Ni siquiera quería escucharla.
Lo que más me estremece de la película, son los gritos de horror que se avienta el personaje Mariana (Norma Lazareno). Son tan escalofriantes que le imprimen mayor horror a las escenas en que se aparece el niño brujo.
Si hasta el momento los he convencido de ver El libro de piedra, ya no sigan leyendo, pero si no, aquí les dejo un resumen.
Pues sí, la reseña de la película puede contarse en menos de un párrafo. Eugenio, un hombre viudo con mucha lana, está recién casado con Mariana, y viven (o se van a vivir, no recuerdo) en una casa campestre junto con su hija Silvia, que es hijastra de Mariana. Eugenio contrata a Julia como institutriz de la niña. Al parecer no había escuelas rurales por la zona o no quería que se juntara con la chusma el papá.
Hasta aquí no hay problema, parece una familia más o menos feliz que intenta adaptarse a su nueva situación, aunque la niña muestra cierta rebeldía hacia su madrastra, y Eugenio se la pasa diciéndole que se la traga porque el lo dice.
El verdadero terror comienza cuando Silvia empieza a contar sobre la presencia de un niño que juega con ella. Todos creen que es Tizoc que se bajó del cerro y se saltó la barda, pero no, según ella es el chamaco de la estatua que tienen enmedio del bosque donde viven y que se llama Hugo. A partir de esto la comienzan a tachar de niña fantasiosa, mentirosilla y que a lo mejor hasta le hace a las drogas.
Se sigue una escena en la que narran (sin imágenes ni power point) sobre la historia que se cuenta de dicha estatua. Según la gente de los alrededores, en la zona vivió hace más de 700 años un brujo que practicaba la más poderosa magia negra, y que todo ese conocimiento provenía del enorme libro que sostiene en sus manos la estatua de Hugo. El brujo enseñó todas sus artes brujíldicas al chamaco, y para que fuera inmortal, lo convirtió en piedra junto con el libro.
Eugenio no le dió ninguna importancia diciendo que se trataba de superticiones de gente ignorante y demasiado prole (al puro estilo de la familia Peña Nieto). Con ésto, el resto de la familia le valió un cacahuate: "Si a su papá le vale, porque me va a interesar a mí". Pero luego de un incidente en que la escuincla casi se mata al trepar en las ruinas de una aparente iglesia, y de cacharla de que en sus ratos de ocio en vez de tejer servilletas mejor le hacía a la brujería (y no para agarrar novio), todos se juntan como manifestantes patrocinados por el PRD y le reclaman a Eugenio la conducta de su niñita.
Antes de que se le pusieran violentos, Eugenio decide sacar el libro de su propiedad y le pide a un amigo Carlos que lo vaya a tirar como colchón viejo de motel a cualquier desfiladero. Quién sabe como iban a retirar el libro si se supone que está pegado a la estatua del chamaco (creo yo, no tengo mucha imaginación).
El amigo obediente (y a lo mejor motivado por 500 pesos) se lleva el libro. Pero en la primera curva, se le aparece el chamaco en la parte de atrás del carro que, con el susto, hace perder el control del vehículo y se va directo a un barranco donde se mata.
Después de esto, todos creen que el libro causó la muerte de Carlos, pero Eugenio saca como explicación que lo más probable es que estuviera pasado de copas el amigo (tal vez le dolió los 500 pesos que le cobraron). A partir allí, Mariana le empieza a dar más a la bebida y ve con cara de fuchi a su hijastra. Julia, la institutriz, trata de muchas maneras de que se reconcilien Mariana y Silvia, sin la ayuda del inútil de Eugenio, pero ya era imposible porque ya no se aguantaban ver ni en el reflejo de los focos de la casa.
Con lo anterior, en una noche en que Mariana había mandado a dormir a Silvia (la cual obedeció rezongando), la ve desde la ventana del segundo piso con rumbo hacia el cerro próximo de la casa. Con gritos la sigue y le pide que se detenga, pero la niña no le hace caso y continúa su camino. Se suelta la lluvia y Mariana resbala en el lodazal que se forma cayendo al suelo. En eso se le acerca alguién viendo sus pies la borracha de Mariana, cuando levanta la vista ... ¡changos rasurados! es el endemoniado de Hugo con mirada de maldad en sus ojos (el maquillaje que le pusieron ayuda mucho a la expresión). Mariana se avienta su grito más desgarrador de horror y muere con solo verlo.
El grito es tal que la llegan a oir desde la casa. Cuando llegan con la muerta, Silvia está a su lado y dice: "Fue Hugo".
Se encabrona Eugenio y decide destruir de una vez por todas a la estatua que no lo deja ni ir al baño en paz. Con enorme mazo, parte el libro y le vuela la cabeza a la estatua. Silvia cae desmayada en ese instante.
El doctor revisa a la chamaquita pero no le sabe explicar lo que tiene (pero creo que también le saca como 500 pesos a Eugenio), luego llega gritando como loca Julia de que la escuincla ya no está en su habitación, y todos salen a buscarla en los alrededores de la casa. Cuando al fin la encuentran, está convertida en estatua sosteniendo el libro y tomando el lugar de Hugo.
Julia se casa con Eugenio y le saca 500 pesos diarios... no es cierto, ésto último me lo inventé.
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