viernes, 2 de enero de 2015

Cuento Corto El Patito Feo

Se encontraban felices todos los animales de la granja porque ya era la hora en que los nuevos patitos saldrían de sus cascarones. La madre estaba llena de orgullo y alegría por la expectación que generaba éste acontecimiento.

Uno a uno de los huevos iban rompiéndose mostrando a la nueva tierna cría rodeada de exclamaciones como "qué lindo", "qué bonito", etc. Era un momento de fiesta en la granja hasta que notaron que faltaba un último huevo más grande que los demás.

Pasó una semana más para que se rompiera el cascaron y la sorpresa fue mayor cuando vieron surgir un patito negro más grande que los demás, flaco y desgarbado. A todos los animales de la granja les pareció de inmediato desagradable y repulsivo para la vista.

Conforme transcurría el tiempo, el patito feo era agredido cada vez más por todos, las gallinas lo pellizcaban con sus picos, las vacas y los becerros lo atropellaban a propósito, inclusive sus propios hermanos le daban de picotazos y daban zapes con las alas. Hasta la propia muchacha que los alimentaba le dió un puntapié en una ocasión sin merecerlo.

Por más que intentaba defenderlo su madre, ésta misma llegó a pensar en que mejor sería que se alejara el patito feo de la granja.

Y así llegó a ser, triste por todo el rechazo que tenían en su contra, el patito feo huyó de la granja por una abertura que encontró en la cerca. Aún así, no culpó a ninguno de su decisión y se repetía constantemente que la actitud de los demás era porque era muy feo.

Fuera de la granja no cambió su situación. Los animales que encontraba en su paso mostraban la misma agresividad con solo verlo y le juzgaban de inmediato por su aspecto. Por lo que intentaba siempre mantenerse oculto a la vista de los demás.

Llegando el invierno, vió a las aves más hermosas. Eran unos cisnes. Pero no quiso acercárseles porque no quería causar el sentimiento de rechazo, por lo que se dedicó a contemplarlas desde su escondite entre los juncos.

Los cisnes nunca se dieron cuenta de su presencia y siguieron su camino a tierras más cálidas.

El patito feo sufrió el más terrible invierno en su vida. Fuera de la granja sobrevivió como pudo en el lago que no tardó en congelarse por el frío. Casi muere congelado el patito feo si es que no se lo lleva un campesino a su casa al encontrarlo medio muerto, pero huyó nuevamente por el miedo de que las travesuras de los niños del hombre le hicieran algún daño.

El patito feo pasó muchas desventuras, hambre y frío antes de que volviera la primavera. Cuando por fin llegó, al estar nadando en el lago llegaron tres hermosos cisnes blancos de repente. El patito feo pensó que iban a matarlo a picotazos cuando lo vieran, pero no le importó. Pensó: -mejor que me maten éstas aves antes de volver a pasar un invierno como el último- y se acercó con la cabeza baja esperando su final.

Pero al mirar al reflejo del lago, vió su imagen y descubrió que se había convertido en un hermoso cisne negro. Los otros tres cisnes empezaron a nadar alrededor de él y acariciaban su largo cuello con los suyos.

No importa que se nazca en un corral de granja siempre y cuando el huevo sea de cisne.

No hay comentarios. :