Agua Turbia (Dark Water) - 2002

Director: Hideo Nakata

Duración: 101 minutos

Guión: Ken'ichi Suzuki, Yoshihiro Nakamura

Agua Turbia (Dark Water - 2002) es una película original japonesa de terror del tipo de fantasmas y maldiciones típicas de ésta cultura. Puede parecer un tanto larga en algunas escenas para aquellos que prefieren ir al punto de la cinta, pero si les gusta como a mí disfrutar de la ambientación, poco a poco los irá envolviendo la atmósfera creada y comenzará a inquietarles la constante lluvia y la humedad persistente.

Hay una versión americana, la cual no me gustó, ya que no fue tan creíble la situación de la protagonista, pues en los divorcios de occidente usualmente tiene la preferencia la madre. No creo que no pudiera pedir una pensión para alimentar a su hija.

Volviendo a la versión japonesa, la historia es sencilla pero conmovedora. El ambiente también causa una sensación de melancolía que envuelve al espectador. A mi me encantan éste tipo de historias de terror con un toque de tristeza.

Si hasta aquí los he convencido de ver Agua Turbia, dejen de leer, sino es así, a continuación les doy un resumen de la historia.

La historia trata de una joven madre recién divorciada, la cuál está en un proceso legal por la custodia de su hija. Aunque de momento la han dejado al cuidado de la niña, parece que el problema es que no tiene un hogar y un trabajo fijo para su manutención. El padre al parecer es un empresario adinerado que de alguna manera no da ni un centavo (posiblemente no legal), casado con una nueva mujer y que está necio por ganar la custodia de la hija. Para colmo, parece que la ley está del lado del padre y buscan favorecerlo en el asunto.

La joven madre es aconsejada de que consiga un trabajo y demuestre que es económicamente capaz de sostenerse a sí misma y a su hija. Así, consigue rentar un departamento en un viejo y feo edificio, inscribe a la pequeña a un jardín de niños cercano y comienza a buscar trabajo. Todo ésto ocurre cuando empieza la temporada de lluvias en la región.

La mujer se las ve complicadas porque no se da abasto con las diversas actividades que tiene: el nuevo trabajo en donde la hacen trabajar más tarde por ser la nueva, llevar y traer de la escuela a la niña, los quehaceres de la casa, pelearse con el ex marido que anda buscando una excusa para quitarle a la chiquita, en fin, y para colmo... comienza a aparecerse la niña fantasma. Con ésto último, los de servicios social japonés comienzan a calificarla como una irresponsable cada vez que su hija menciona que juega con dicha niña.

Según la trama de la película, y si mal no recuerdo, la niña muerta vivía en el edificio e iba al mismo jardín de niños de la hija de la señora, pero, sin explicación alguna, fue abandonada cuando esperaba a su mamá afuera de la escuela. La niña vivió sola por un tiempo en el apartamento y sin la supervisión de ningún adulto, por lo que un día subió a la azotea a jugar y, cuando estaba curioseando en el tinaco, resbaló y cayó en el interior. Allí murió ahogada sin que nadie se enterara.

Las manifestaciones paranormales comenzaron a darse con filtraciones en el techo del apartamento, aguas verde oscuro con cabellos salían de los grifos, se oía correr a la niña muerta en el piso de arriba, cruzaba repentinamente por los pasillos, etc. Los juegos de la niña fantasma con la hija de la señora comienzan a ser más de mala leche, llevándola al antigüo departamento donde vivía y causando que se enfermara.

Los del servicio social japonés comienzan a presionar a la joven madre y a amenazarla con que le van a quitar la custodia. Un abogado al ver la angustia de la señora, empezó a aconsejarle lo que debía hacer para evitar lo anterior. 

Comenzaron investigando el caso de la niña muerta y encontraron los restos en el interior del tinaco. No me imagino la cara que pusieron los vecinos cuando se enteraron (¡guácatelas! han de haber dicho), pero finalmente le dieron budista sepultura.

A partir de entonces, las cosas mejoraron para la mujer y su hija. Ya más estable en el trabajo, llegaba a tiempo a la salida de la niña. El abogado que le ayudaba le traía mejores noticias con respecto a su asunto, ya que al parecer, tenían pruebas de movidas chuecas del ex marido con ciertos funcionarios para quitarle a la pequeña.

Cuando todo parecía mejor y en el momento en que estaba bañando a su niña ... ¡zas! La verdadera hija estaba parada en la puerta del baño y la mugrosa era la niña muerta.

La intención de la pequeña muerta era llevarse a la niña viva para quedarse juntas en el mismo limbo. La señora al no ver modo de evitar lo anterior, hizo un último sacrificio por su hija y se ofreció a ser la madre de la muertita. Ésta última acepta y se van al elevador del edificio. 

Aquí se da la escena más triste, porque al momento en que empieza a subir piso por piso el elevador, la hija de la señora sube por las escaleras lo más rápido que puede gritando y llorando por su mamá. Al último piso, el elevador se abre y se vacía con agua el contenido. La madre había desaparecido.

En una especie de epílogo, la niña es ya una jovencita, y saliendo de la escuela pasa por el edificio en que vivió con su mamá. Entra hasta el departamento en que se hospedaban y se encuentra con su mamá. 

La jovencita no sabe que está muerta y platica con ella de cómo le ha ido. Le pide que ahora que es mayor de edad la reciba para volver a vivir juntas. La madre le dice que no, que está muy contenta que esté bien y que quiere que siga así. En eso se ve atrás de la jovencita el fantasma amenazador de la niña muerta. Pero antes de que voltee, la madre le dice que ya es hora que se vaya y que no busque cambiar las cosas.

Cuando por fin voltea la joven, no hay nada atrás de ella, y al vover al frente, su madre ha desaparecido de nuevo.

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