Eran tres hermanos cerditos que siempre los andaba persiguiendo un enorme lobo feroz para comérselos. Cansados de ésto, decidieron construir una casa donde se pudieran refugiar del lobo.
Como no se pusieron de acuerdo, cada cerdito decidió hacer su propia casa como mejor les pareció.
El cerdito más pequeño, impaciente y un tanto flojo, construyó su casita de paja, para terminar lo más pronto posible e irse a jugar en el campo.
El cerdito mediano, construyó su casita de madera, y no bien hecha, porque quería terminar e irse a jugar con su hermano pequeño.
El cerdito mayor decidió construir su casa de ladrillo y cemento. Sus hermanos le hacían travesuras y se reían del esfuerzo que estaba haciendo, mientras que enojado les gritaba: "¡Ya verán cuando venga el lobo!". Le tomó varios días terminar su casita.
Pasó un mes y se apareció el lobo feroz cuando el cerdito pequeño jugaba en el bosque. Al verlo, el cerdito salió corriendo a su casa. El lobo feroz llegó, sopló y sopló, y la casita de paja derribó.
El pequeño cerdito volvió a correr hasta la casa de su hermano mediano. El lobo feroz llegó, sopló y sopló, y la casita de madera derribó.
Milagrosamente escaparon del lobo y llegaron a la casa de su hermano cerdito mayor. El lobo feroz llegó, sopló y sopló, y la casita de ladrillo no derribó.
El lobo feroz se cansó de soplar y enojado empezó a buscar cómo entrar a la casita del cerdito mayor. Vió la chimenea en el techo y empezó a trepar. ¡Ahora verán, cerditos! - dijo el lobo.
El cerdito mayor se dió cuenta que el lobo feroz iba a entrar por la chimenea, entonces rápidamente puso leña y la encendió. El humo y el fuego hicieron que el lobo saliera rápidamente por donde había entrado y corrió hacia el bosque lanzando aullidos de dolor.
El lobo jamás volvió a molestar a los cerditos.
Fin.
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